ABRE MIS OJOS DE LA FE.

Escrito el 02/08/2022
Marisa Sgherri

Mi nombre es Marisa y siento que hay un antes y un después, desde que el Señor pasó a formar parte de mi vida.

Esto fue posible, gracias a la Comunidad “Al tercer día”, que me ayudó a conocerlo cada vez más.

 

Como dice la Palabra en Job: “Antes te conocía solo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos”.

 

Antes de comenzar a relacionarme con el gran Todopoderoso, mis ojos estaban muy cerrados.

 

No podía verme a mí misma, no podía ver a los demás, no podía observar lo maravilloso de la creación (un atardecer, la luna, una noche estrellada); pero un día… Dios me llamó y yo lo seguí.

 

Lo seguí porque necesitaba cambiar mi vida, dar un giro profundo.

 

Él me enseñó a valorarme, sentí su amor que todo lo sana pudiendo dar amor también a los demás.

 

Hoy después de ese encuentro, puedo decir que tengo mis ojos muy abiertos puestos en el Señor, el que me cuida, el que me da paz, el que quitó mis temores, el que abrió mis ojos para mirar con fe, con ganas, con alegría, con una mirada transparente, una mirada clara, una mirada de esperanza, donde sus promesas me dan fuerzas y me hacen caminar con sentido cada día.

Porque aunque las cosas a veces no salgan como yo quiero, se que Él todo lo hace para guiarme al lugar de la bendición, para llevarme a lugares, como dice su palabra: “Ni ojo vio ni oído oyó las cosas que Él tiene preparadas para los que lo aman”.

 

Hay una palabra que siempre me alentó, me dio fuerzas, me hizo salir de lugares oscuros donde me encontraba, esa palabra está en JEREMÍAS 29, 11: “Porque yo solo sé los planes que tengo para ustedes, planes de prosperidad y no de desgracia, pues les daré un porvenir lleno de esperanzas. Entonces cuando me invoquen y supliquen yo los atenderé, cuando me busquen me hallarán, si me buscan de todo corazón yo me dejaré hallar por ustedes y cambiaré su suerte, los reuniré de todos los países y de todos los lugares por los que los dispersé y los traeré de nuevo a este lugar de donde los desterré”.

 

Esta palabra nos llena de Fe. Él nos dará un porvenir LLENO de esperanzas.

 

No dice un poco o mitad, dice LLENO, que rebosa, que no es poco, es abundante.

¡Cuántas promesas tiene esa palabra!

 

Búscalo, Él te busca a vos, ÉL se deja encontrar y sin dudas, como dice la palabra cambiará tu suerte.

 

¡Abrí tu corazón!, yo le abrí el mío, para que me habite y desde ese día, mi vida fue transformada, ya no estoy más sola, Él me acompaña en todo momento.

 

Aunque aparezcan las dificultades, sé que si las atravieso tomada de su mano ya no será lo mismo, porque puedo descansar en ÉL.

 

Ahora estoy confiada porque sé que tengo un Dios grande, poderoso, omnipotente, que me da paz en las pruebas y que camina conmigo.

 

En mi caso, pude ver al Señor a partir de un encuentro en la comunidad; te invito a que te acerques, Cristo está vivo; y éste camino no está completo si no lo transitamos en comunidad.

 

Mis ojos hoy están abiertos para mirar con FE hacia un porvenir lleno de esperanzas, porque mi PADRE CELESTIAL me lo prometió y sus promesas siempre son un “SI y AMÉN”.