Hola como están, soy Melina Biagetti, de Armstrong Santa Fe, tengo 42 años y les quiero contar que en este último tiempo más que nunca me he dado cuenta que el Señor escucha nuestras oraciones y hay esperanza.
¡Sí, hay esperanza!
El cumple sus promesas y sabe muy bien los deseos y anhelos de nuestro corazón. Solo debemos esperar su tiempo y hacer todo lo que él nos dice.
Reflexionaba, en el lugar donde estaba hace 10 años sin Jesús y donde gracias a Caminar con Él estoy ahora.
Empecé mis estudios de música a los 12 años, me recibí de licenciada y profesora en Canto en la Facultad de Rosario y después me perfeccioné en el Instituto Superior de Arte, hice mucho sacrificio y dediqué muchas horas de estudios y muchísimos viajes para lograr estar en el Teatro Colón y fue para mí muy duro que, de un día para el otro, tuve que dejar mi carrera. Porque siempre había sido mi sueño.
Esto lo tuve que decidir porque quedé embarazada, y el papá de mi beba “brilló por su ausencia”, como dice el refrán, se me hacía imposible mantenerla y sostener todos los gastos y estar tan sola lejos de mi familia. Así que tomé la decisión de volver a mi pueblo y empezar otra vez.
Cuando volví estaba muy triste y bastante angustiada, porque no tenía donde vivir, ni trabajo, me sentía acabada, pero tuve un encuentro con Dios en medio de la Comunidad “Al Tercer día”. Dios fue guiando mis pasos y empecé a dar clases, luego me casé y formé una familia, con alguien que conocía desde hacía mucho tiempo de mi pueblo natal, mi actual esposo trabajaba en una fábrica como empleado, y juntos tomamos la decisión que dejara ese trabajo, para iniciar una empresa donde gracias a Dios nos va muy bien.
Formar parte de esta comunidad “Al Tercer Día” es maravilloso, donde el caminar es liviano, es agradable y la verdad, no sé qué sería mi vida sin esta familia espiritual que Dios me ha regalado, porque cada día que pasa, los quiero más, y me llevan más a la Presencia de Dios.
Todo esto no ha sido sin luchas, no solo externas sino internas, en éstos 10 años yo traté por todos los medios hacer resurgir mi carrera de cantante. Me presenté en Concursos de Tango, gravé videos y canciones, me hicieron notas en varios noticieros, radios, hice contactos con otros cantantes famosos… pero ninguna puerta parecía abrirse, es más, parecían cerrarse por completo, porque cuando tenía que viajar a Chile para cantar en un certamen internacional de tango donde me eligen primera cantante femenina argentina y estaba a punto de comprar mi pasaje, el mundo se paraliza con la pandemia. Desde ese entonces parecía que se me habían agotado las esperanzas. Pero yo aquí no estaba cumpliendo la palabra de Dios donde dice: Mateo 26-39 “Padre mío, si es posible aleja de mí este cáliz de amargura, pero no se haga como yo quiero, sino como tú quieres”. Claramente yo estaba haciendo lo que quería, y estaba escapando de lo que Dios me pedía, por eso no se habría ninguna puerta, a veces nos cuesta, darnos cuenta y obedecer a Dios y vamos así, perdiendo el tiempo, dando vueltas en círculos, escapando a la voluntad del Padre, que es buena, perfecta y agradable.
Hoy estoy trabajando como maestra de música en varias escuelas de campo y trato de dar lo mejor cada día. Pero en este tiempo sé que el Señor me sostiene como dice en su palabra: Salmo 3-4 “Pero tú Señor eres mi escudo protector, tú eres mi gloria, me haces salir vencedor. Puedo acostarme, dormir y despertar, porque el Señor me sostiene”
Amo cantar, pero más que cantar adorar a Dios y servirlo junto a mis hermanos de AL TERCER DÍA