Vivamos el Reino de Dios aquí en la tierra

Escrito el 11/07/2022
Susana Maffei

¿Con qué podremos comparar al reino de Dios?, ¿Cómo describirlo? Esto se pregunta Jesús en la palabra de Mateo 4, 30 al 32, dice - ¿Qué parábolas podremos usar para describirlo? ¿Qué palabras podremos emplear para ilustrarlo?

Si Jesús se hizo estas preguntas, más aún nosotros, ¿verdad que si?, a veces nos preguntamos estas cosas. ¿Cómo puedo explicar esto tan maravilloso que estoy sintiendo y viviendo en este camino al lado de Jesús?

Como transmitirlo, o como describirlo para que las personas que aún no lo conocen puedan tener esta maravillosa experiencia. Sentirse atraídos a buscar la presencia de Dios.

Que relato emplearé para ilustrarlo se pregunta Jesús. Y a continuación nos habla de  que el reino de Dios se parece a una semilla de mostaza sembrada en la tierra. Es esta la semilla más pequeña de todas, pero se convierte en la planta más grande del huerto.

Aquí Jesús nos da un indicio, una perla, un tesoro escondido, un principio maravilloso de cómo llevar ese reino de Dios aquí en la tierra, que eso tan maravilloso e inexplicable lo podamos llevar a lo concreto de nuestras vidas a expresarlo de manera tan sencilla pero a la vez poderosa que dé frutos y frutos grandes.

Esta semilla es la más pequeña,… que importantes son en las manos de nuestro Señor cada acto que nos parezca pequeño, un gesto de afecto, una palabra de  aliento, una sonrisa, nuestro tiempo,  morir a nuestras comodidades para ponernos al servicio de los demás. Un llamado de teléfono, un mensaje, una visita. No contestar mal cuando nos sentimos agraviados, morir a la queja, a la crítica, no unirme a la desesperanza, al negativismo.

Con pequeños actos simples y a la vez grandes  podremos sembrar esa semilla a nuestro alrededor, donde estemos, donde vayamos. Esa semilla pequeña se convierte en el árbol más grande plantado en el huerto.

Esos pequeños gestos y actitudes nuestros en las manos del Señor se transforman en grandes, las más grandes, porque son las que hacen que las personas que están a nuestro alrededor reciban una comparación de lo que es el reino de Dios, y quieran, anhelen estar allí y en ningún otro lado.

Es más dice que las ramas de este árbol son tan grandes que los pájaros hacen nidos en su sombra.

Esta imagen es hermosa, y nos muestra que podremos ser esas personas que reciban a otras que están necesitando calidez, consuelo, palabras de aliento.

 No hará falta que hablemos y tratemos de convencer a nadie de lo hermoso que es estar en el camino del Señor, sino que querrán estar ahí donde estamos nosotros por lo que transmitimos de Jesús.

Esto es lo más difícil de todo, pero Él nos da la gracia para poder hacerlo, y es nuestro desafío diario querido hermano, que los demás con nuestras actitudes vean a Jesús.

En Él somos fuertes, somos transformados y podremos salir de nuestras debilidades para que nuestra vida transformada por Él de frutos.

Que no sea una religión la que vivamos o ritos externos, que nuestro diario vivir en nuestra casa, en el trabajo, cuando estamos en la calle y en el lugar que sea, todo lo muestre a Jesús.

Danos la gracia Señor de ser cada vez más como vos, que te mostremos donde estemos, con nuestra vida,  podamos vivir ese cielo aquí en la tierra, en nuestra vida cotidiana.  Amen