Creer, en Dios y creer en sus promesas, es tener Fe, que Dios va a multiplicar eso que tanto anhelamos o necesitamos, tener esa certeza y afirmación que el Dios en el que creemos, es un Dios Todopoderoso, que Él es nuestro proveedor en cada circunstancia, pero solamente tendremos que ser obedientes y cumplir con lo que Él primeramente nos dice en cada área de nuestras vidas.
En 2º de Reyes 4, 1 al 7 podemos observar que la Biblia nos dice:
*La esposa de uno de los del grupo de profetas se acercó a Eliseo gritando: —Mi esposo fue uno de tus siervos, y ahora está muerto. Tú sabes cómo honraba al SEÑOR. ¡Pero le debía dinero a un hombre que ahora viene a quitarme a mis dos hijos para que sean sus esclavos! Eliseo le contestó: —¿Cómo te puedo ayudar? Dime, ¿qué hay en tu casa? La mujer dijo: —No tengo nada, sólo un frasco de aceite de oliva. Entonces Eliseo dijo: —Ve y habla con tus vecinos y pídeles prestados todos los frascos vacíos que tengan, todos los que puedas. Entra a tu casa y cierra la puerta, que estén sólo tú y tus hijos adentro. Usa el frasco de aceite y llena cada frasco vacío, uno tras otro. Ella salió de hablar con Eliseo, entró a su casa y cerró la puerta, con sólo ella y sus dos hijos adentro. Sus dos hijos le llevaban los frascos y ella los llenaba. Cuando los cántaros estuvieron llenos, dijo a su hijo: “Pásame uno más. Pero éste le dijo “Ya no hay más” Y el aceite dejó de correr. Fue a contar todo eso al hombre de Dios, el cual le dijo “Anda a vender el aceite y paga así tu deuda; lo que te quede te permitirá vivir junto con tus hijos
Mi nombre es Aneley Villamil, el 27 de marzo me casé, estoy esperando una beba llamada Zoe. Luego de hacer la fiesta de nuestro casamiento y de irnos 3 días para descansar nos quedaron cosas para pagar de nuestro casamiento y yo por razones de cuidar a mi bebé tuve que dejar de trabajar y los ingresos de nuestro hogar por tanto disminuyeron.
Orando le pedí a Dios que me dé algo para hacer, para poder ayudar a mi esposo a pagar nuestras deudas ya que el único que generaba ingresos en nuestro hogar era él, y Dios me hizo reflexionar sobre este versículo bíblico y lo leía una y otra vez. Le pedía al Espíritu Santo que me dé esa sabiduría para discernir y me ubiqué en el papel de la viuda, que en vez de quedarse en su dolor, su tristeza y angustia, lo primero que hizo fue, recurrir a Dios, que era lo que yo ya estaba haciendo. Seguí leyendo el capítulo completo para reflexionar sobre que herramientas me estaba dando Dios. Y encontré esto:
- Ella escuchó al hombre de Dios y no lo cuestionó.
- Se movió a buscar que había en su casa
- Oró con sus hijos
- Creyó que Dios estaba con ellos.
- Obedeció
- Se puso a trabajar en unidad con su familia.
Ella se olvidó de su tristeza, de su luto y empezó a moverse para salir adelante y poder pagar esa deuda. Me ponía en el papel de la Viuda, y sentía que me tenía que esforzar junto a mi esposo para acompañarlo y ayudarlo.
Entonces visualicé lo que tenía en mi casa cómo hizo la viuda y tenía todo para hacer huevos de pascua, ya que, justo estábamos en tiempos de la Pascua y tenía todo el material para elaborarlos.
Salí de mi comodidad y comencé a ofrecerlos. Fue todo un éxito.
Dios multiplicó los materiales y el dinero, pudimos pagar las deudas de ese momento y me sobró como a la viuda.
Por ello los invito a que crean en el poder sobrenatural que Dios tiene dispuesto para entregarnos si lo buscamos de todo corazón
Dios nunca se deja ganar en generosidad, si somos obedientes y fieles a él.