Muchas veces Dios no obra porque nosotras no le permitimos obrar. Y pareciera que es algo histórico que las mujeres creamos que valemos poca cosa. Cuando oramos y pedimos desconfiando, eso es pecado. Porque no creemos en el Creador de todas las galaxias, del cielo y de la Tierra, de lo visible y de lo invisible, … ¿O acaso tú o yo le pedimos a Dios vivir? ¿Alguien dijo ‘quiero ser una persona’? SOMOS EL MILAGRO MÁS GRANDE DE LA CREACIÓN, del Genio Creador, del Dueño del oro y de la plata, … No pongamos límites al Poder de Dios. Por eso debemos erradicar esta falsa identidad que el enemigo nos trae: ‘desgraciadita’, ‘pobrecita’, ‘mujercita’-chiquitita-, ¡¡nnnoooo!! ¡¡Somos creaturas pensadas, soñadas y hechas por el Todopoderoso, y nuestra identidad es maravillosa!!
Debemos trabajarnos mucho en esto porque es el principio de grandes bendiciones. Muchas veces podemos caer diciendo: “¡Ay! Pero yo me conformo con lo que tengo: mi casita, mi trabajito, mi bicicletita-o mi autito-, ¡y ya está!, ¡¿para qué más?!” Esto es un pensamiento absolutamente egocéntrico. ¡Qué mejor que los cristianos católicos tengamos mucho para poder dar mucho! Si estás en la ruina económica, en la ruina emocional, o en la ruina física, no podrás dar de la misma manera que si estás fuerte, si eres próspera, si tienes entendimiento, … ¡si eres sal y luz para el mundo! Y no se trata de ser vanidosa, ni de ser soberbia; … sino de ser sal y luz…: SER BENDECIDAS PARA BENDECIR.
En 1 Pedro 2,9 dice: “Pero ustedes son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que el Señor hizo suyo para proclamar sus maravillas”. A Dios le encanta hacerte milagros cuando tú das testimonio. Cada día yo oro de la siguiente manera: “Abre mis ojos Señor-los ojos del entendimiento espiritual-, abre mis oídos para que pueda escuchar lo que Tú deseas decirme.” Porque no debemos escuchar al mundo o a las corrientes familiares que nos llegan, porque a veces tenemos malos pensamientos generacionales: si en tu familia siempre fueron pobres, tienes esos pensamientos del “no se puede, ya está, hasta aquí nomás…” Eso es una mentira del enemigo y hay que erradicarla; porque la medida, únicamente la tiene Dios, y su Medida es ABUNDANCIA SIN LÍMITES EN TODO: una familia maravillosa, una salud perfecta-si nos enfermamos “pasamos por oscuras quebradas” (Salmo 23,4) pero no nos quedamos allí-. Tenemos que estar anunciando lo bueno siempre, sin vergüenza, con alegría.
“En efecto, cuando se cree con el corazón actúa la fuerza salvadora de Dios, y cuando se proclama con la boca se obtiene la salvación. Pues dice la Escritura: quienquiera que ponga en Él su confianza, no quedará defraudado” (Romanos 10,10-11). Declara: ¡NO QUEDARÉ DEFRAUDADA!
¿Con qué palabras las han marcado a ustedes negativamente? … “Inservible”, “estúpida”, “fracasada”, ignorante”, “bruta”, “tontita”, ¡pisemos todo esto en el Nombre de Jesucristo! Nada de eso es verdad, ¿sabes quién eres? Eres lo que Dios dice que eres. Y a veces tienes tan baja estima, que hasta para tomar decisiones no te arriesgas… Debes arriesgarte, creer, decidir por ti misma, porque eres una mujer con todas las aptitudes y las virtudes y además tienes al Todopoderoso, con Él debes hablarlo. Porque estamos acostumbradas desde pequeñas, que nos llevan para un lado y para otro: “tienes que hacer esto, tienes que hacer esto otro”, “no sabes hacer nada”, … y terminamos creyéndonoslo y a consecuencia de ello quedamos paralizadas en la vida, no hacemos nada por si nos equivocamos … ¡¡Nooo!! ¡Arriésgate! Porque la Palabra de Dios dice que “la riqueza es de los arriesgados” (Proverbios 10,22) y no sólo en lo material; pon en tus decisiones al Señor, entonces, estando Él en la ecuación, cuando ores te avalará. Créele al Todopoderoso, al Camino, Verdad y Vida; te dará todo obviamente si eso que pides es bueno para ti; únicamente no te lo dará si tiene algo mejor que tu deseo. Si oras y ayunas y no se te concede lo pedido, dile ¡Gloria a ti Señor, porque algo mejor viene en camino! Y así será, te lo aseguro.
En Jueces 6,11-12 dice: “Un día- ¿cuándo? … Todas las palabras en la Biblia tienen un por qué, y me enseñan a vivir porque es Dios mismo Quien habla, y debo hacerla vida en mí permitiendo que ‘trate’ con mi persona, DEBO ESCUCHAR y OBEDECER-, el ángel del Señor vino a sentarse- ¡imagínense! ¡Ese ángel se sienta para hablar conmigo! - bajo el terebinto de Ofrá que pertenecía a Joás de Abiezer-bajo la sombra de un árbol”. Veamos el contexto… Gedeón era el de la tribu más humilde de Israel, y el más pequeño; estaba con muchísimo miedo, porque los madianitas les robaban todo el tiempo, olían la cosecha y venían enseguida con todo su ejército y devastaban todo. Imagínense cómo se sentían los israelitas luego de haber trabajado todo un año para conseguir esos víveres, ¡es duro! Y esto se repetía año tras año. Gedeón, por ello, estaba escondido en una cueva: como nos escondemos nosotros en “nuestras cuevas” de incertidumbre, de desvalorización, … Muchas veces es difícil para las mamás educar a sus hijos adolescentes; no ponen límites, porque reciben mensajes como “¡no seas ridícula, eres una antigua!”, entonces se achican metiéndose en “una cueva” y pierden autoridad; cuando en realidad deben tener autoridad en el Señor. O les puede suceder con los esposos; y con tantas circunstancias en las que nos vamos quedando con los códigos errados del mundo.
“Su hijo Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar donde se pisan las uvas para que no se enteraran los madianitas. El ángel del Señor se le apareció y le dijo: ‘El Señor está contigo, VALIENTE GUERRERO’.” Y uno dice: ¡¿Cómo puede ser valiente si está escondido por el terror y el pánico?! ¿Qué es esto? Dios le está diciendo que él no es de la ideología de turno, que su identidad no es su circunstancia. Declara: ¡MI IDENTIDAD NO ES MI CIRCUNSTANCIA, mi identidad no es la ideología de turno! Porque esta última te hace ser una mujer diferente: si miramos las fotos en Instagram, en WhatsApp, … vemos las boquitas ‘piquito’; ¿por qué? Porque todas lo hacen. Pero ¿te has puesto a pensar si eso queda lindo o queda feo? Piensa: ¿por qué lo hago? Porque todas lo hacen y porque es ‘moda’. O por qué tengo que estar mostrando en las redes sociales todo lo que hago … Eso cansa, agota, no te deja vivir, no te permite tener intimidad. Les cuento que mi abuela Narda, cuando apareció el teléfono, y que hacía ‘rrriiiiinnnnnggggg’, una vez le digo: “abuela, atendé vos”. Y me contestó: “¡No mi’ja querida, yo eso no!”, … Hemos avanzado tan rápido en las comunicaciones que NO hemos tenido tiempo de pensar si nos hace bien o no, si realmente debo incorporarlo a mi vida. El celular, ¿es un integrante más de mi familia?, que de repente si me lo olvido es como si perdiera un hijo … Es bueno que avancemos en la comunicación, pero debemos discernir si no nos está cambiando la identidad.
“El Señor está contigo”, primer punto: si el Señor está conmigo ¿por qué tendré miedo? ¡Cuántas veces el Señor se habrá sentado a tu lado a decirte ‘YO ESTOY CONTIGO’, ¡no estás sola mujer! Pero no lo puedes ver porque estás tan estresada, tan ‘salida de cuadro’, tan desviada con tus ‘ejes’, que no ves que Dios está a tu lado. Él lo tiene todo. ¿Cuánto tiempo usamos en nuestra vida con todos los medios de comunicación y cuánto tiempo pasamos con el Señor? “¡Aaahhh!, pero no me habla como me habla el celular, no me muestra una foto como me muestra Instagram o un videíto como en YouTube; ¡es más fácil eso, y más rápido!” Puede ser que sea más fácil y rápido, pero no me PLENIFICA ni me hace CRECER como lo hace el ENCUENTRO CON EL AMADO. Claro que lleva tiempo, debes ingresar la Palabra de Dios en tu mente, para que luego de allí pase a tu corazón; debes leerla para saber quién eres, si no ¿dónde encontrarás quién eres? SÓLO EN LA VOZ DE DIOS. Te digo que no es casualidad que estés leyendo esto ahora: Dios te dice que está contigo y te llama VALIENTE GUERRERA. Ésa es tu identidad, no la que el mandato familiar te puso. Y estamos viviendo en una sociedad que busca ‘redefinir’ lo que Dios ha creado, ponerle otra identidad a lo que el Creador ya definió como LO QUE ES. Y a todo lo definido ya por el Señor debemos respetarlo, valorarlo y vivirlo como nuestra esencia.
Debes cambiar tu perspectiva, el alineamiento con la mentira que te ha estado definiendo mal. Los madianitas tenían devastado al pueblo israelita, de tal forma que no veían su identidad: a veces las preocupaciones, las circunstancias, los mandatos familiares, lo que escuchas a tu alrededor, … hace que creas una mentira y te olvidas de la Verdad, de la esencia, de lo valioso, de lo Primero, … Si has perdido tu trabajo, no digo que no te impactes, pero sí te digo que, en el momento debes reponerte y decir: ‘¡Gloria a Dios! ¡Santo Eres! ¡Tú Eres el Dueño del oro y de la plata!’ Debes creer la Palabra de Dios, Él hace todas las cosas, por eso no debes estar triste. Te aseguro en el Nombre de Jesucristo que si comprendes quién eres, mujer, la tristeza no entrará más en tu vida.
Los milagros suceden, no cuando digo ‘¡Dios, Dios, Dios, …!’, sino cuando muestro a Dios. Si somos chismosas, por ejemplo, no recibiremos bendición: se va uno de la familia y quedamos hablando de él; viene otro y se va, y hablamos mal de este otro; siempre hablando mal de alguien, cuando no de mi esposo, cuando no del hijo, cuando no del vecino, … ¡no podemos esperar bendiciones con esas actitudes! Porque la boca está siendo usada para mal; y eso también es falta de FE, porque el Señor dice “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22,39) … No dice “si es bueno…” o “si hizo bien las cosas”, … ¡no! Hay que amarlo y entregarle a Dios las cosas que no nos gustan del otro. A veces hay personas que nos lastiman, hay que ir a los pies de la Cruz y allí depositarlas, entonces el Poder de Dios desciende a nuestra vida.
Concluyendo: debemos tener en claro dos cosas, primero saber quién es Dios: es el GRAN YO SOY, El que nos creó, El eternamente Bueno, El que nos provee, El que nos sana, El que nos restaura, el TODOPODEROSO … Y Él viene a sentarse contigo. Y segundo, debo saber quién soy yo: no soy una ‘desgraciadita’, no soy una ‘estúpida’, no soy una ‘imbécil’, no soy una ‘inservible’, … ¡¡SOY HIJA DE DIOS! ¡SOY SAL Y LUZ DEL MUNDO!! ¡Soy hechura de sus Manos! Y todo lo puedo en Cristo si realmente ocupa en mi vida el Primer Lugar. ¡Aleluya!