Pensar en hacer cosas distintas, creo que parte de una motivación que nace de nuestra vida interior. ¿Cómo puedo conquistar cosas que no he conquistado? A veces, nos quedamos en un lugar “de meseta” donde nada sucede, estamos instalados allí y entramos en una monotonía donde todo es rutinario. Eso es una vida aburrida ¿verdad?, y ello hace que todo se corrompa, sea en el área que sea; todo comienza a aplacarse en la “nada”, no tenemos frutos, tampoco estamos entusiasmados, … Y hablando de nuestra vida espiritual, también corremos peligro de caer en una rutina o monotonía.
En 1 Reyes 19,19 leemos de alguien que estaba haciendo un trabajo rutinario, ese “alguien” era Eliseo: “Elías partió de allí, encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes y él iba en la última”. No sé si has visto cómo se ara un campo: Cuando era pequeño, iba a la casa de mis tíos y los veía arar la tierra detrás de caballos, de bueyes, y más adelante tuvieron un tractor. Y era un trabajo rutinario, monótono, donde iban y venían rompiendo los terrones de tierra para luego sembrarla. Eliseo estaba en ese lugar.
Teniendo una vida espiritual rutinaria, sin expectativas, vemos que Dios no obra y nos alejamos de su Presencia Bendita. Podemos ir a Misa, podemos reunirnos en el Grupo o Comunidad a la cual pertenecemos y estar sin que nada pase, acomodándonos y corroyéndonos “allí”. Es como la humedad que entra en la pared: primero aparece una mancha pequeña, y si no le damos una solución, si la vamos dejando, destrozará todo el material. Hagamos lo que hagamos, todos podemos caer en esto; y pensaba que, como padres, ordenamos y retamos a nuestros hijos, pero tal vez nunca los sorprendemos con algo nuevo: algún juego u otra actividad que los saque de esa monotonía diaria. Los chicos ven a su mamá y a su papá haciendo siempre lo mismo, entonces ellos repiten la misma historia. Caminamos tras el arado y los bueyes …
Cuando preparo el mensaje a predicar-dos o tres días antes-medito en lo que Dios quiere que les diga y me cuestiono si no diré otra vez lo mismo, entonces clamo y le pido al Espíritu Santo que obre a través de mí y sea Él Quien hable; porque deseo ser sacudido primeramente yo para que aquello que pueda dar toque tu corazón. Hace un tiempo atrás disfruté con mis nietos porque se me ocurrió hacerles un barrilete, uno parecido al que hacía cuando era niño. Así que preparé las cañas, el papel, hilo, todo lo que se necesita para ello. Los esperé, lo preparamos, lo pegamos, lo armamos, lo remontamos, y disfrutamos juntos los cuatro de esa tarde hermosísima en la que hicimos un esfuerzo para que se elevara porque no había mucho viento, y fue una alegría enorme cuando logramos el objetivo, fue un momento inolvidable. ¿Qué es lo que te quiero decir? Que salgas de detrás del arado y de los bueyes y hagas algo distinto. Acá en el pasaje bíblico vemos cómo en un día común para Eliseo, Dios viene a través de Elías a interrumpir esa monotonía, a sacarlo de ese lugar. Eliseo no estaba orando, estaba haciendo lo mejor que podía su trabajo, estaba haciendo algo bueno; tal vez nosotros nos escondemos también atrás de algo bueno: está todo bien, no hay nada fuera de lugar. Pero Dios tenía muy presente la vida de Eliseo: en el versículo 15 Dios le dice a Elías: “Vuelve por el mismo camino hacia el desierto de Damasco, y cuando llegues ungirás a Jazael como rey de Arám; a Jehú, hijo de Namsí lo ungirás rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, de Abelmejolá, lo ungirás PROFETA en lugar de ti”. Dios ya tenía en su “agenda” los nombres de estas tres personas: quiero decirte con esto que Dios nos tiene en cuenta, Él nos está pensando para algo distinto. Elías viene sobre la vida de Eliseo, se traslada al campo obedeciendo a Dios para ungirlo, destrabando de esa manera su monotonía y dándole así una vida completamente extraordinaria. El Espíritu también me mostraba que no podemos dejar de creer y pensar que Dios tiene cosas mayores para nosotros, posiblemente creemos que Él está en todos lados pero no en nuestra vida, y no es así. Su anhelo es transformarnos, Él nos tiene en su Corazón, Él nos está pensando, tiene proyectos para nosotros. El Señor me ha asombrado sacándome de una vida rutinaria, pero sé que todavía tiene más sorpresas para mí.
Debemos descartar por completo eso de “Dios no me tiene presente, está en todos lados pero no está mirando mi vida”. David dice en Salmo 139,7-10: “¿Adónde iré para estar lejos de tu Espíritu, adónde huiré de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás Tú; si me tiendo en el abismo, estás presente. Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar, también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha”. David tenía muy en claro que Dios lo acompañaba, que cuidaba de su vida, desde la pelea con un león y un oso hasta enfrentar a Goliat y ser un rey conquistador de Israel. No importa si estamos aislados en el medio del campo, Dios está con nosotros.
El manto que Elías deposita sobre Eliseo (vers. 19) es el MANTO DE LA AUTORIDAD, le está dando la HERENCIA de ser el PROFETA-mandato del Señor-, y transforma su vida. El mensaje era: “No estás hecho para estar detrás de los bueyes y el arado, estás preparado para tener una vida completamente distinta”; y sucedió en un instante. Tal vez nosotros necesitaríamos horas de hablar con un sacerdote o con algún hermano de la Comunidad para edificar una vida de FE; pero cuando la Gracia y el Poder de Dios se manifiesta a través de un hecho portentoso como éste que estamos viendo, te sacude la vida, no sé si te ha pasado, pero a veces las cosas del Todopoderoso llegan así, y vos sabés enseguida hacia dónde tenés que ir y cómo tenés que hacerlo, no hay duda sobre eso. Eliseo no tuvo dudas. Dios está lanzando también un manto sobre tu vida tal vez a través de este mensaje. Aquel manto hizo que Eliseo tomara una decisión: seguir a Dios o continuar detrás del arado y de los bueyes … Él estaba acostumbrado a la tranquilidad pero hizo algo conmovedor: “Eliseo dejó sus bueyes y corrió detrás de Elías” (vers.20). Me pregunto por qué tanta gente queda estancada cuando ha tenido el llamado. Cuando se desea comenzar con una vida mayor y más rica se debe no sólo correr detrás de los pasos de “Elías”-hombre de Dios-, sino también hay que “quemar el arado e inmolar los bueyes”, quemar todo aquello que nos ha presionado durante tanto tiempo. Eliseo se aseguró de no volver a ese lugar, evidentemente su corazón se volvió decididamente a Dios sin vueltas, rompió definitivamente con su vieja vida.
Hablando con un hombre que es esposo, le decía que cuando nos casamos tenemos que quemar el arado e inmolar los bueyes de la vida de soltero, ¿para qué? … para conseguir lo mayor en nuestra vida de casado. Lo mismo sucede en la vida de un comerciante, dejar el negocio que nos dio algunos réditos para obtener algo mayor. Decisiones … “… y dijo: ‘Déjame besar a mi padre y a mi madre y luego te seguiré’. Elías le respondió: ‘Sí puedes ir, ¿¡qué hice yo para impedírtelo!?’ Y Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. Luego, con los arneses de los bueyes asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Después fue detrás de Elías y se puso a su servicio’.” (vers.20y21). Su vida fue cambiada en un instante porque su corazón estaba preparado. Nos impregnamos de las cosas de Dios cuando sabemos perfectamente que Él nos protege, con esa seguridad atrapamos lo que es Suyo y lo ponemos por obra. Me gusta saber que existen personas que conmovidas por el Amor de Dios toman una decisión y no se apartan por nada, no hay cómo volver atrás, porque no está el arado y tampoco los bueyes: el pasado quedó atrás, no se vuelve a ese lugar. ¡Qué paz debe haber sentido Eliseo cuando había un solo camino: hacia adelante! Recordaba a Hernán Cortés cuando conquistaba México, él dijo esta frase: “Vamos hacia adelante o vamos hacia adelante, no hay vuelta atrás”-se dijo que había quemado todos los barcos con los que habían llegado allí-. Y en nuestra vida de cristianos, cuando entramos en esa duda porque el mundo nos atrae y queremos volver a la vida sin Cristo, estamos en un conflicto interior donde nada bueno pasa. Nuestro destino es ir detrás de los pasos de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO que VIVE Y REINA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. ¡Qué hermoso es saber que Dios tiene proyectos para tu vida como los tuvo para con Jazael, con Jehú y con Eliseo! Él tiene también tu nombre en su agenda para un tiempo nuevo y una vida extraordinaria, debes estar ATENTO a lo que desea decirte … ¿Cómo se hace eso? En relación con el Amado. Él llama tu atención con alguna circunstancia, con algún libro, cuando lees las Escrituras, o cuando vives los sacramentos, … ¡Bendito y alabado sea por siempre nuestro Dios porque nos tiene presente! No lo dudes. “Señor, que estemos atentos y dispuestos a quemar el arado y a inmolar los bueyes que nos tienen atados a vidas monótonas y sin frutos, envía tu Gracia sobre cada uno de nosotros para poder ver los sueños que tienes para nuestras vidas.” María Santísima también estuvo en la agenda de Dios y fue anotada como la futura Madre de su Hijo, Mujer decidida a quemar “los barcos” para hacer lo que Dios le pedía.
Que nosotros también estemos deseando inmolar los bueyes y quemar los arados para ir por una vida de conquistas para el Reino de Dios. Que el Señor te bendiga y te dé la fuerza como se la dio a Eliseo para cambiar la forma de vivir y permitirle que sea Dios en tu vida. Amén.