El Señor acampa junto a sus fieles como dice el salmo 34, 7-10: “Cuando el humilde invoca a el Señor, Él lo escucha, y lo salva de todas sus angustias. El ángel del Señor viene a acampar en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean que bueno es el Señor ¡dichoso el hombre que se refugia en Él.  Respeten al señor, todos sus devotos, que nada les faltará a quienes lo respetan.”

¿Realmente le damos el lugar que se merece el Señor para que habite en nuestras vidas?

¿Somos de buscar al Señor, aunque no tengamos dificultades, o sólo nos acordamos de Él cuando nos sentimos afligidos por los problemas?

En estos tiempos difíciles, de pruebas, debemos de poner esto en práctica, darle el primer lugar a Dios en nuestras vidas, para que Él haga su obra en nosotros, el Señor hoy nos llama a buscarlo, que Él sea dueño de todo nuestro ser, nos quiere bendecir y darnos el lugar de hijos, herederos de ese Reino que nos prometió, para que nada nos falte.

Muchas veces buscaba la solución a diferentes dificultades en mis fuerzas y no  la encontraba, pero cuando empecé a darle el lugar, que Dios sea lo primero en mi vida, todo empezó a cambiar, las soluciones y bendiciones comenzaron a venir, a su debido tiempo y mucho más de lo que esperaba. Es así hermanos, el Señor, cuando somos fieles, no se deja ganar en generosidad.

Pero toda solución y bendición fue el resultado de un proceso de búsqueda y sanación en mi vida, me tuve que chequear, replantear actitudes y cambiar, poner en práctica la Palabra de Dios para que haga su obra en mi vida, al igual que en mi familia, fue un proceso duro, porque debemos morir al viejo yo para dar paso a la nueva vida de grandes satisfacciones que solo Dios nos sabe dar.

Podemos ver también en Mateo 6, 33. “Busquen primero el reino de Dios y hacer su voluntad y todo lo demás vendrá por añadidura.”

Vemos un claro ejemplo de lo que Dios puede hacer en nuestras vidas, cuando lo buscamos a Él con anhelo y un corazón sincero, que el Señor sea primero, veremos grandes bendiciones derramándose sobre todo nuestro ser, porque el Señor es maravilloso, bondadoso, generoso, amoroso y nunca nos desampara, cuando decidimos seguirlo a Él,  sin temor a que puedan pensar de nosotros,  debemos  anunciar todos los milagros que Dios hace en nuestras vidas y en la de nuestras familias, no quedarnos callados de que Jesús es nuestro Salvador.

Por eso hermanos debemos poner en práctica su palabra y revisarnos, para que sea el tiempo de Dios, que solo Él tenga el control, sea el Señor, lo primero en nuestras vidas, para poder alinearnos y recibir de Dios esos mimos, de un padre amoroso que quiere dar lo mejor a sus hijos, sanación, bendiciones, prosperidad, unión familiar, restauración en cada área de nuestras vidas e infinidades de regalos que solo el Señor sabe dar cuando le somos fieles y anunciamos su palabra a los más necesitados.

Pedimos al Señor que nos llene de su luz para poder anunciarlo, llevar a más personas y a nuestras familias a la presencia de Dios y reciban sus regalos, especialmente que el ángel de Señor acampe junto a cada uno de nosotros. Amén.