Eclesiastés 2, 4-8 y Jonás 2, 1-11 (8 jul 21)

Escrito el 20/07/2021
Jorgelina y Melina

Eclesiastés 2, 4-8

Realicé grandes obras; me construí palacios; tuve mis propios viñedos. Cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. Construí represas de agua para regar los árboles plantados; compré esclavos y esclavas, y aun tuve criados nacidos en mi casa; también tuve más vacas y ovejas que cualquiera otro antes de mí en Jerusalén. Junté montones de oro y plata, tesoros que antes fueron de otros reyes y de otras provincias. Tuve cantores y cantoras, placeres humanos y concubina tras concubina.

 

Jonás 2, 1-11

2 1La oración de Jonás

 2Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde dentro del pez, diciendo:

«En mi angustia clamé a ti, Señor,
y tú me respondiste.
Desde las profundidades de la muerte
clamé a ti, y tú me oíste.
Me arrojaste a lo más hondo del mar,
y las corrientes me envolvieron.
Las grandes olas que tú mandas
pasaban sobre mí.
Llegué a sentirme echado de tu presencia;
pensé que no volvería a ver tu santo templo.
Las aguas me rodeaban por completo;
me cubría el mar profundo;
las algas se enredaban en mi cabeza.
Me hundí hasta el fondo de la tierra;
¡ya me sentía su eterno prisionero!
Pero tú, Señor, mi Dios,
me salvaste de la muerte.
Al sentir que la vida se me iba,
me acordé de ti, Señor;
mi oración llegó a ti en tu santo templo.
Los que siguen a los ídolos
dejan de serte leales;
10 pero yo, con voz de gratitud,
te ofreceré sacrificios;
cumpliré las promesas que te hice.
¡Sólo tú, Señor, puedes salvar!»

11 Entonces el Señor dispuso que el pez vomitara a Jonás en tierra firme.