Día 36

Escrito el 24/03/2021
Al Tercer Día

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 31-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:

«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

Le replicaron:

«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?».

Jesús les contestó:

«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».

Ellos replicaron:

«Nuestro padre es Abrahán».

Jesús les dijo:

«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».

Le replicaron:

«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».

Jesús les contestó:

«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».

Reflexión:

  Jesús marca abiertamente un profundo sismo entre la Verdad de Dios que libera y la mentira del demonio que esclaviza. “La Verdad les hará libres”. La única Verdad está en Jesús, hoy hay infinidad de corrientes colmadas de “medias verdades” con el único fin de engañar, para que las personas quedemos esclavizadas en el pecado y no alcancemos la verdadera libertad y alegría que sólo encontraremos en la Verdad del Evangelio.  Acercarnos a la Verdad puede traernos millones de soluciones para nuestra vida, la de nuestras familias, nuestras comunidades e Iglesia y también para la humanidad.  Leyendo anécdotas interesantes sobre revelaciones de gran ayuda para la humanidad, descubrimos ésta que compartimos de un creyente de la época de la segunda Guerra Mundial:  Estados Unidos estaba atravesando el serio problema de que le hundían más rápidamente sus barcos de lo que los podían fabricar. Tomaba un año hacerlos. Lograron encontrar la forma de hacerlo en un día, pero una vez finalizado, al darlo vuelta, las soldaduras reventaban y el barco se hacía añicos. Un hombre lleno de Espíritu Santo dijo: “Yo averiguaré cómo hacerlo”. Se sumergió unos días en ayuno y oración, y Dios le mostró la fórmula de la soldadura.

  Tomemos en serio lo que la Palabra dice, que “¡La verdad nos hará libres”! Pongamos la sabiduría de los siglos a obrar en el trabajo, en la familia, y en este mundo, para que podamos ver cambios maravillosos en todo. 

  Terminamos con este extracto de una homilía del Papa Francisco del 26/03/2015 sobre este Evangelio:

“La alegría de la fe, la alegría del Evangelio es el criterio de la fe de una persona. Sin alegría, la persona no es un verdadero creyente. Abraham, vuestro padre, exultó en la esperanza de ver mi día. Lo vio y se llenó de alegría. Les exhorto a pedir al Señor la gracia de ser exultantes en la esperanza, la gracia de poder ver el día de Jesús cuando nos encontramos con Él y la gracia de la alegría”.