Día 22

Escrito el 10/03/2021
Al Tercer Día

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Reflexión:

  Realmente Jesús revoluciona la mentalidad cerrada por el miedo y los prejuicios de la época en que vino a esta Tierra. Obviamente su Palabra es igualmente vigente para nosotros hoy, aquí y ahora. El Señor nos dice claramente que no vino a suprimir la ley ni a cambiarla, sino que la llevó a la plenitud poniendo de relieve la ineficacia de la ley del talión, y declara que no está bien la observancia de la ley del sábado que impide sanar a una persona en ese día; que no está bien condenar al pecador arrepentido, sino que lo salva como a la mujer adúltera que la rescata de los que estaban prontos para lapidarla sin piedad. 

  Jesús revela nuevos horizontes para la humanidad que los corazones endurecidos no comprenden. “Misericordia quiero y no sacrificios”, debemos ser un hombre perfecto como Dios nos lo pide, pero sin estar unidos efectivamente a Él desde lo más íntimo de nuestro interior es imposible. Todo lo puedo …pero en Cristo que me fortalece, como nos dirá San Pablo en Filipenses 4,13.

 Jesús nos marca claramente, que los actos externos, el culto, los ritos y todos los sacrificios, no pueden llegar al valor de un simple acto de arrepentimiento, de un corazón que diga “Señor, ten piedad de mí porque soy un pecador”. Una genuina conversión es el esfuerzo por interiorizar y tener una relación con Él sin dejar de aprovechar la Gracia que tienen los sacramentos. Pero si solo baso mi espiritualidad en “cumplir” ritos exteriores y no dejo que Él trate conmigo, con mi carácter, con mis fallas, entonces será como decía un sacerdote... “CUMPLIMIENTO” … “cumplo y miento”, y nada cambiará para bien en mi vida, en mi familia, en mi comunidad, en mi Iglesia, en este mundo.