Consagración
Por eso, esto dice Yahvé, el Dios de Israel: Yo había declarado que tu casa, la de tu padre, permanecería para siempre a mi servicio. ¡Pero ahora, dice Yahvé, se acabó! Porque honro a los que me honran, pero los que me desprecian serán menospreciados.
1 Samuel 2:30
Oh Dios, escucha mi clamor, atiende a mi plegaria. Desde el confín de la tierra yo te grito, mientras el corazón me desfallece. Llévame a la roca muy alta para mí, pues tú eres mi refugio, una torre poderosa ante el enemigo. Quiero compartir tu tienda para siempre, cobijarme en el repliegue de tus alas. Pues tú, oh Dios, escuchaste mis votos; cumples el deseo de los que temen tu nombre. Prolonga los días del rey, multiplícalos, que vea transcurrir generaciones. Que reine y sirva a Dios eternamente, que lo guarden tu gracia y fidelidad. Entonces cantaré por siempre a tu nombre y cumpliré mis promesas día tras día.
Salmos 61:1-8
Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas.
Mateo 6:33
Jesús le respondió: “En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios.”
Juan 3:3
Oremos
Amado Dios! Que cada día de mi vida, sea para darte honra y honor, líbrame del engaño del enemigo de enojarme contigo, porque las cosas temporales no salen exactamente como y cuando yo las he querido. Me decido a ser leal a Ti antes que a todo, y busco ardientemente Tu Reino, aunque las cosas parezcan estar saliendo mal; porque Tú afirmas que si así lo hago, las demás cosas me serán añadidas. Me niego rotundamente a estar consagrado a medias, caminaré contigo todos los días de mi vida, te doy completamente mi existencia, sé que me darás la unción, el poder y la gloria, para que brille para Ti, soy tu representante; pongo los intereses del Reino de Dios primeramente en mi mente y en mi corazón, me someto a Ti, y declaro “Señor, comienzo a vivir con los deberes y beneficios de ser Tu embajador acá en esta tierra. ¡Te alabo y bendigo!
Amén.