Consagración
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.
Juan 14:12
El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente. Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con él por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación. Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios. A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.
2 Corintios 5:17-21
Por lo demás, hermanos, los rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús. La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal, que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, sin dejarse llevar de la pasión desenfrenada, como hacen los paganos que no conocen a Dios. Que nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y atestiguado. Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. Por eso, el que desprecia estas normas, no desprecia a un hombre, sino a Dios, a ese Dios que les ha dado su Espíritu Santo.
1Tesalonisenses 4:1-8
Oremos
Padre Celestial, en este momento, me acerco a Ti; confiadamente, declarando que estoy firmemente decidido, a agradarte en todos los aspectos de mi vida, a amarte con todo mi corazón, a guardar Tus Mandamientos, sé que de esta manera, me mostraras Tu amor y te manifestaras a mi vida de una manera mas poderosa; sé que al haberte aceptado como el Señor de mi vida; me he convertido en tu embajador acá en esta tierra, y estoy equipado para ejercer esta misión; Tú me has dado Tu poderoso Nombre; el poder de Tu Palabra, la riqueza de tus sacramentos, la filial compañía de Tu Santísima Madre; y soy habitado por Tu Espíritu Santo. Tengo clara conciencia que solo Tu eres Dios; pero se también que soy tu agente, tu hijo, tu embajador; enviado para hacer Tus obras, y como me lo enseñas; aún obras mayores que las que Tú realizaste en esta tierra . ¡Gracias Padre amado por esta revelación de TUS MARAVILLAS!.