El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, Porque me ha ungido el SEÑOR Para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, Para proclamar libertad a los cautivos Y liberación a los prisioneros.
Isaías 61:1
‘Pero ciertamente Yo le traeré salud y sanidad; los sanaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad. ‘Restauraré el bienestar de Judá y el bienestar de Israel y los reedificaré como eran al principio. ‘Los limpiaré de toda la maldad que cometieron contra Mí, y perdonaré todas las iniquidades con que pecaron contra Mí y con las que se rebelaron contra Mí. ‘Y la ciudad será para Mí un nombre de gozo, de alabanza y de gloria ante todas las naciones de la tierra, las cuales oirán de todo el bien que Yo le hago, y temerán y temblarán a causa de todo el bien y de toda la paz que Yo le doy.’ “Así dice el SEÑOR: ‘En este lugar, del cual ustedes dicen: “Es una desolación, sin hombres y sin animales,” en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales, se oirá de nuevo voz de gozo y voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de los que dicen: “Den gracias al SEÑOR de los ejércitos, Porque el SEÑOR es bueno, Porque para siempre es Su misericordia”; y de los que traen ofrenda de acción de gracias a la casa del SEÑOR. Porque restauraré el bienestar de esta tierra como fueron al principio,’ dice el SEÑOR. “Así dice el SEÑOR de los ejércitos: ‘En este lugar desolado, sin hombres y sin animales, y en todas sus ciudades, habrá de nuevo morada de pastores que hagan descansar sus rebaños. ‘En las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la llanura, en las ciudades del Neguev (región del sur), en la tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, volverán a pasar las ovejas bajo las manos del que las cuenta,’ declara el SEÑOR. ‘Vienen días,’ declara el SEÑOR, ‘en que cumpliré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá. ‘En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar de David un Renuevo justo, y El hará juicio y justicia en la tierra. ‘En aquellos días Judá estará a salvo y Jerusalén morará segura, y éste es el nombre con el cual será llamada: el SEÑOR es nuestra justicia.
Jeremías 33:6-16
Si se vuelven a Ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautiverio adonde hayan sido llevados cautivos, y oran vueltos hacia la tierra que diste a sus padres, hacia la ciudad que has escogido y hacia la casa que he edificado a Tu nombre.
2 Crónicas 6:38
“El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.” El que está sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas.” Y añadió: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.” También me dijo: “Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. “El vencedor heredará estas cosas, y Yo seré su Dios y él será Mi hijo.
Apocalipsis 21:4-7
Oremos
Señor Jesús, gracias por Tu Presencia en mí. Aumenta mi fe para que crea que soy templo del Espíritu Santo, para que pueda creer en Tu gran amor por mí y en Tu poder para liberarme de cualquier atadura intergeneracional. Señor, yo sé que Tú me amas, que me llamaste a la vida, y que hoy me llamas por mi nombre. Tú vienes a dar libertad a los cautivos, gracias Señor por tu amor, por tu misericordia que constantemente me quiere sacar de mis cautiverios, y me quiere llevar a la plenitud, de tu vida. Quiero en este día Señor, alabarte, bendecirte, y adorarte con todos tus santos, con aquellos santos, a los cuales la iglesia ha canonizado y también con aquellos otros, que aunque no han sido canonizados, ya están con Vos en el cielo. Yo me coloco bajo Tu Protección, yo me cubro con Tu Preciosísima Sangre. Y le pido a los ángeles, a los santos, y a la Santísima Madre que interceda por mí.
Con la sabiduría que viene del cielo , declaro que toda herida, toda tristeza, todo golpe y todo dolor, que hasta hoy estaba anclado en mi corazón, así como todo llanto y todo agravio emocional del pasado, ahora son sanados, por el Poder de la Sangre de Jesucristo. Así como Tú Señor secaste los pies de tus amados discípulos, así Señor también, seca toda lágrima que he derramado por mi familia, Señor Tu viertes aceite y bálsamo de Tu Santo Espíritu, sobre cada herida que aun permanece abierta en mi vida. ¡Todas esas heridas hoy se cierran, se cicatrizan para siempre! Te adoro Señor en espíritu y verdad. Mi alma se quebranta ante Tu Presencia y ante el rocío de tu amor, que me abraza y me acoge, como una madre arrulla entre sus brazos a su hijito recién nacido.
Amén.