Una palabra tuya bastará para sanarme.
“A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos, te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad”. (Liturgias de las horas. Preces)
“A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos, te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad”. (Liturgias de las horas. Preces)